El es la expiación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
Él es el sacrificio por el perdón de* nuestros pecados, y no sólo por los nuestros sino por los de todo el mundo.
Dios perdona nuestros pecados, y los de todo el mundo, porque Cristo se ofreció voluntariamente para morir por nosotros.
El es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.