2 Corintios 4:6

Porque el Dios que dijo: 'La luz resplandecerá de las tinieblas' es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.

Otras versiones de la Biblia

Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas,* hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo.

- Versão NVI-ES (Nueva Version Internacional)

Cuando Dios creó el mundo, dijo: «Que brille la luz donde ahora hay oscuridad». Y cuando nos permitió entender la buena noticia, también iluminó nuestro entendimiento, para que por medio de Cristo conociéramos su grandeza.

- Versão TLA (Traducción en Lenguaje Actual)

Pues el mismo Dios que dijo: = De las tinieblas brille la luz, = ha hecho brillar la luz en nuestros corazones, para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que está en la faz de Cristo.

- Versão BJ-ES (Biblia de Jerusalen)

Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.

- Versão RVR60 (Reina Valera 1960)

Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.

- Versão RVR04 (Reina Valera 2004)

Contexto del verso

  • 5
    Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor; y a nosotros, como siervos vuestros por causa de Jesús.
  • 6
    Porque el Dios que dijo: 'La luz resplandecerá de las tinieblas' es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.
  • 7
    Con todo, tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros.

Imagen del verso

Porque el Dios que dijo: 'La luz resplandecerá de las tinieblas' es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo. - 2 Corintios 4:6