Aconteció que cierto día pasaba Eliseo por Sunem. Y había allí una mujer importante, quien le invitó insistentemente a comer. Y sucedía que cada vez que él pasaba, entraba allí a comer.
Un día, cuando Eliseo pasaba por Sunén, cierta mujer de buena posición le insistió que comiera en su casa. Desde entonces, siempre que pasaba por ese pueblo, comía allí.
Un día, Eliseo fue al pueblo de Sunem. Allí, una mujer muy importante le insistió que fuera a comer a su casa. Y cada vez que Eliseo pasaba por allí, se quedaba a comer en casa de ella.
Un día pasó Eliseo por Sunem; había allí una mujer principal y le hizo fuerza para que se quedara a comer, y después, siempre que pasaba, iba allí a comer.
Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer.
Y aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una gran mujer, la cual le constriñó a que comiese del pan: y cuando por allí pasaba, se venía a su casa a comer del pan.