¡*Dichoso el que espere a que hayan transcurrido mil trescientos treinta y cinco días!
Dichoso aquel que sepa esperar y alcance mil trescientos treinta y cinco días.
Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.
Bienaventurado el que esperare, y llegare hasta mil trescientos treinta y cinco días.