Mientras él me hablaba, entró en mí el Espíritu y me puso sobre mis pies, y oí al que me hablaba.
Mientras me hablaba, el Espíritu entró en mí, hizo que me pusiera de pie, y pude oír al que me hablaba.
En ese momento sentí que algo dentro de mí me hacía levantarme, y pude oír que Dios me daba este encargo:
El espíritu entró en mí como se me había dicho y me hizo tenerme en pie; y oí al que me hablaba.
Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba.
Y luego que me habló, entró el espíritu en mí, y me afirmó sobre mis pies, y oía al que me hablaba.