El que recibe instrucción en la palabra de Dios, comparta todo lo bueno con quien le enseña.
El que es instruido en el mensaje de Dios debe compartir con su maestro todo lo bueno que recibe.
Que el discípulo haga partícipe en toda suerte de bienes al que le instruye en la Palabra.
El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.
El que es enseñado en la palabra, comunique en todos sus bienes al que lo instruye.