Jeremías 47:3

por el estruendo del galope de los cascos de sus corceles, por el retumbo de sus carros y por el chirrido de sus ruedas. Por la debilidad de sus manos, los padres no se vuelven a mirar a sus hijos,

Otras versiones de la Biblia

Al oír el galope de sus corceles, el estruendo de sus carros y el estrépito de sus ruedas, los padres abandonan a sus hijos porque sus fuerzas desfallecen.

- Versão NVI-ES (Nueva Version Internacional)

Tan pronto como escuchan el galope de los caballos los padres pierden el ánimo; abandonan a sus hijos al escuchar el chirrido de los carros de guerra.

- Versão TLA (Traducción en Lenguaje Actual)

al son del galopar de los caballos de sus adalides, al ruido de sus carros y al estrépito de sus ruedas. No se volverán padres a hijos, por el cansancio de sus brazos,

- Versão BJ-ES (Biblia de Jerusalen)

Por el sonido de los cascos de sus caballos, por el alboroto de sus carros, por el estruendo de sus ruedas, los padres no cuidaron a los hijos por la debilidad de sus manos;

- Versão RVR60 (Reina Valera 1960)

Por el sonido de las uñas de sus fuertes, por el alboroto de sus carros, por el estruendo de sus ruedas, los padres no miraron a los hijos por la flaqueza de las manos;

- Versão RVR04 (Reina Valera 2004)

Contexto del verso

  • 2
    Así ha dicho Jehovah: 'He aquí, avanzan aguas del norte, se convierten en torrente e inundan la tierra y su plenitud, la ciudad y sus habitantes. Entonces los hombres gritan, y gime todo habitante de la tierra,
  • 3
    por el estruendo del galope de los cascos de sus corceles, por el retumbo de sus carros y por el chirrido de sus ruedas. Por la debilidad de sus manos, los padres no se vuelven a mirar a sus hijos,
  • 4
    a causa del día que viene para destruir a todos los filisteos; para exterminar a Tiro, a Sidón y a todo aliado que haya quedado con vida. Porque Jehovah destruirá a los filisteos, a los sobrevivientes de la isla de Caftor.

Imagen del verso

por el estruendo del galope de los cascos de sus corceles, por el retumbo de sus carros y por el chirrido de sus ruedas. Por la debilidad de sus manos, los padres no se vuelven a mirar a sus hijos, - Jeremías 47:3