Todo lo que toque su carne será santificado. Si su sangre salpica en el vestido, lavarás en un lugar santo aquello sobre lo cual haya salpicado.
Cualquier cosa que toque la carne del sacrificio quedará consagrada. Si su sangre llega a salpicar algún vestido, éste deberá lavarse en un lugar santo.
»Si algo entra en contacto con esta ofrenda, será considerado tan especial como ella. »Si la carne del animal que se ofrece es cocinada en una olla de barro, esta tendrá que romperse al terminar la ceremonia. Si es cocinada en una olla de bronce, la olla deberá ser raspada y lavada con agua. »Si la sangre del animal salpica el traje de algún sacerdote, la parte manchada se tendrá que lavar en un lugar especial. »Si la sangre es llevada al santuario para pedir mi perdón, no podrá comerse la carne; tendrá que ser quemada. »Esta es una ofrenda especial, y sólo podrán comer de ella los sacerdotes.
Todo lo que tocare su carne, será santificado; y si salpicare su sangre sobre el vestido, lavarás aquello sobre que cayere, en lugar santo.
Todo lo que en su carne tocare, será santificado; y si cayere de su sangre sobre el vestido, lavarás aquello sobre que cayere, en el lugar santo.