2 Reyes 7:2

El comandante, en cuyo brazo se apoyaba el rey, respondió al hombre de Dios y dijo: —He aquí, aun cuando Jehovah hiciese ventanas en los cielos, ¿sería esto posible? Y él dijo: —¡He aquí que tú lo verás con tus ojos, pero no comerás de ello!

Otras versiones de la Biblia

El ayudante personal del rey replicó: ¡No me digas! Aun si el Señor abriera las ventanas del cielo, ¡no podría suceder tal cosa! Pues lo verás con tus propios ojos le advirtió Eliseo, pero no llegarás a comerlo.

- Versão NVI-ES (Nueva Version Internacional)

El hombre del rey le dijo: —¡Esto no sucederá ni aunque Dios abra las ventanas de los cielos! El profeta le contestó: —Tú lo vas a ver con tus propios ojos, pero de eso no comerás nada.

- Versão TLA (Traducción en Lenguaje Actual)

El escudero, sobre cuyo brazo se apoyaba el rey, respondió al hombre de Dios y le dijo: «Aunque Yahveh abriera ventanas en el cielo ¿podría ocurrir tal cosa?» Respondió: «Con tus ojos lo verás, pero no lo comerás.»

- Versão BJ-ES (Biblia de Jerusalen)

Y un príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba, respondió al varón de Dios, y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello.

- Versão RVR60 (Reina Valera 1960)

Y un príncipe sobre cuya mano el rey se apoyaba, respondió al varón de Dios, y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello.

- Versão RVR04 (Reina Valera 2004)

Contexto del verso

  • 1
    Entonces Eliseo dijo: —Oíd la palabra de Jehovah: Así ha dicho Jehovah: 'Mañana a estas horas, en la puerta de Samaria, se venderá una medida de harina refinada por un siclo, y dos medidas de cebada por un siclo.'
  • 2
    El comandante, en cuyo brazo se apoyaba el rey, respondió al hombre de Dios y dijo: —He aquí, aun cuando Jehovah hiciese ventanas en los cielos, ¿sería esto posible? Y él dijo: —¡He aquí que tú lo verás con tus ojos, pero no comerás de ello!
  • 3
    Había cuatro hombres leprosos a la entrada de la puerta de la ciudad, los cuales se dijeron unos a otros: —¿Para qué nos quedamos aquí hasta morir?

Imagen del verso

El comandante, en cuyo brazo se apoyaba el rey, respondió al hombre de Dios y dijo: —He aquí, aun cuando Jehovah hiciese ventanas en los cielos, ¿sería esto posible? Y él dijo: —¡He aquí que tú lo verás con tus ojos, pero no comerás de ello! - 2 Reyes 7:2