Vale más no hacer votos que hacerlos y no cumplirlos.
Recuerda que «vale más no prometer, que prometer y no cumplir».
No permitas que tu boca haga de ti un pecador, y luego digas ante el Mensajero que fue inadvertencia. ¿Por qué deberá Dios irritarse por tu palabra y destruir la obra de tus manos?
Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas.
Mejor es que no prometas, a que prometas y no cumplas.