Isaías 63:5

Yo miré, y no había quien ayudase. Me asombré de que no hubiese quien apoyase. Entonces mi propio brazo me salvó; y mi ira, ella me sostuvo.

Otras versiones de la Biblia

Miré, pero no hubo quien me ayudara, me asombró que nadie me diera apoyo. Mi propio brazo me dio la victoria; ¡mi propia ira me sostuvo!

- Versão NVI-ES (Nueva Version Internacional)

Miré, y vi con sorpresa que nadie estaba dispuesto a ayudarme. Fue mi poder el que me dio la victoria;

- Versão TLA (Traducción en Lenguaje Actual)

Miré bien y no había auxiliador; me asombré de que no hubiera quien apoyase. Así que me salvó mi propio brazo, y fue mi furia la que me sostuvo.

- Versão BJ-ES (Biblia de Jerusalen)

Miré, y no había quien ayudara, y me maravillé que no hubiera quien sustentase; y me salvó mi brazo, y me sostuvo mi ira.

- Versão RVR60 (Reina Valera 1960)

Y miré y no había quien ayudará, y me maravillé que no hubiera quien sustentase: y me salvó mi brazo, y me sostuvo mi ira.

- Versão RVR04 (Reina Valera 2004)

Contexto del verso

  • 4
    Porque el día de la venganza ha estado en mi corazón, y el año de mi redención ha llegado.
  • 5
    Yo miré, y no había quien ayudase. Me asombré de que no hubiese quien apoyase. Entonces mi propio brazo me salvó; y mi ira, ella me sostuvo.
  • 6
    Con mi furor pisoteé a los pueblos; los embriagué con mi ira y derramé su sangre por tierra.

Imagen del verso

Yo miré, y no había quien ayudase. Me asombré de que no hubiese quien apoyase. Entonces mi propio brazo me salvó; y mi ira, ella me sostuvo. - Isaías 63:5