si los hombres de mi morada no decían: '¿Quién podrá hallar a alguien que no se haya saciado con su carne?'
¿Quién bajo mi techo no sació su hambre con los manjares de mi mesa?
jamás nadie visitó mi casa sin calmar su hambre en mi mesa;
¿No decían las gentes de mi tienda: «¿Hay alguien que no se haya hartado con su carne?»
Si mis siervos no decían: /n¿Quién no se ha saciado de su carne?
Si los siervos de mi morada no decían: ¡Oh que nos diese de su carne, pues no estamos saciados!